El manejo ético adecuado en la interacción entre el psicólogo y el
sistema familiar es importante porque esto permitirá que el psicólogo conozca
bien sus recursos y pueda explotarlos adecuadamente en el sistema familiar
teniendo una visión flexible y tolerante de la realidad sin olvidar el ritmo de
la familia con la que se trabaja, se debe generar un equilibrio vital que no
permita al profesional encariñarse, tener dificultad para marcar un límite
entre lo profesional y lo personal, sentirse vulnerable emocionalmente con
facilidad por las circunstancias que atraviesa la familia. De esta manera podrá
orientar a la familia al fortalecimiento y el empoderamiento de sus capacidades.

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